¿Qué papel está jugando la tecnología portátil en la salud?

Lic. José Antonio Rivera Bretón

Director General Hospital Puebla
¿Qué papel está jugando la tecnología portátil en la salud?

Estoy seguro que es una pregunta que ha pasado por nuestras mentes en más de una ocasión. De hecho, para todos los que nos dedicamos a algún tema de salud, llámese administración, medicina, enfermería o cualquier otra ciencia de esta rama, es una responsabilidad el dedicarle un poco de nuestro tiempo para poder pensar, ¿en dónde nos encontramos y hacia dónde van las tendencias? de las cuales en algunas nos tendremos que cuidar y a otras sumarnos.

Es verdad que las empresas principales de tecnología nos han dejado en claro y con ejemplos concretos que su interés es el jugar un papel importante en la posesión y explotación de la información, siendo la salud ya uno de sus principales objetivos. Aquí no quiero profundizar ya que no alcanza el espacio para enumerar las normas nacionales para la protección de datos sensibles de los pacientes, pero como todo, se resume en la aceptación del usuario para que cualquier aplicación pueda usar nuestros datos ya que expresamos la voluntad de generar lo que conocemos como expediente clínico dentro de una de estas.

El ejemplo que más me gusta es la Aplicación Salud de Apple Inc. inició como un proyecto donde solamente medía las metas de ejercicio y las comparaba con la información anterior de medidas corporales y peso. Para mi sorpresa en la última actualización esta app fue víctima de una metamorfosis, ahora nos encontramos con más de 27 parámetros para alimentar a nuestros dispositivos, dentro de estos están: análisis de sangre, signos vitales y datos sobre salud reproductiva. Hasta aquí vamos bien, lo que nos da a entender es que es un pequeño archivo médico donde nosotros manualmente ingresemos nuestra información y podamos graficar y comparar nuestros tratamientos recetados por un médico especialista.

Como Big Data, vamos a entender que hablamos de toda la información que se ha generado de manera exponencial en la “World Wide Web” internet por sus siglas en inglés.

Es esto lo que nos debe de preocupar, la explotación de la información. Hay equipos distribuidos por tiendas de tecnología como básculas, relojes (“wearables”), celulares, entre otros que ya pueden generar su propia información como ritmos cardiacos u oxigenación como si fueran pequeños electro-cardiogramas sin estar ciertamente certificados por instituciones médicas respetables. Al mismo tiempo estos pueden también alimentar fuentes de información “fidedigna o no” en el BIG DATA

Aquí encuentro mi interés de hacer conciencia, no solamente nuestra participación como prestadores de servicios de salud va a estar sujeta a cambios sin precedentes y tenemos que estar listos para hacer frente a las necesidades creadas por las tecnologías. Sino que también entra “la salud” en un marco jurídico inexistente, con aparatos que no están sujetos a los cuidados que las normas nacionales e internacionales procuran, y a nuestros datos personales en riesgos de informática inseparables de la naturaleza de la red. Tomando en cuenta que el crecimiento tecnológico es exponencial desde los años 90’s, el esfuerzo de nuestras autoridades y de las diferentes instituciones de salud nacionales públicas y privadas tuvo que haber empezado hace ya un tiempo.

¿Pero, para qué necesitarían nuestra información?

Simplemente para lo que comenté como la explotación de la información; imagina que tu reloj pudiera comparar tus ritmos cardiacos o demás resultados que pueda arrojar con el de diferentes personas alrededor del mundo que hayan sido diagnosticadas con alguna patología. Eso podría hacerse precisamente por la explotación del BIG DATA en aplicaciones y prestadores de servicios que no se protejan, con algoritmos especiales como los que utiliza google. Esto tiene también consecuencias legales interesantes en cuanto a la automedicación o el diagnóstico sin elementos fundamentales. Lo dejo al aire para su razonamiento.

No quiero sonar pesimista, personalmente estoy convencido que la tecnología ha brindado y brindará siempre mecanismos que se traduzcan en salvar vidas y estoy emocionado por lo que viene. Sin embargo, todos estos tienen que ser regulados, controlados y supervisados para la protección del usuario final. Estoy seguro que existen miles de puntos de vista diferentes y los quisiera conocer.

Para este fin dejo el siguiente correo electrónico a su disposición:
contacto@hospitalpuebla.com.mx